La importancia de la habilidad secundaria. Pese a lo bonito que sería poder dedicarse a trabajar exclusivamente en el campo de la especialidad escogida, la realidad es muy diferente. Como en cualquier trabajo que exista vamos a optar a acceder a una empresa que puede considerarse grande o pequeña. El rango que abarca cualquiera de estas categorías es amplio, pero vamos a centrarnos en la esencia. Las empresas grandes tienen mayor capacidad adquisitiva y, por ello, pueden permitirse contratar empleados en posiciones específicas, pero ello conlleva una exigencia de requisitos mucho mayor para cada puesto en relación a la calidad del producto a realizar y, por tanto, mayor dificultad de acceso. En el caso de las empresas pequeñas, al no poseer tanto capital, se inclinan por contratar a empleados con más de una virtud entre sus capacidades y poder abaratar el coste y así, matar dos pájaros de un tiro.
En el campo del concept art la especialización es necesaria y es ahí donde centraremos nuestros esfuerzos a la hora de practicar y mejorar. Después de años de duro trabajo en nuestro portfolio nos lanzamos a buscar trabajo en los mastodontes de la industria sin ser conscientes del nivel de exigencia que estas empresas requieren a quien trabaje para ellos, y sin haber pasado por los trabajos intermedios que nos curtirán y nos darán acceso a un nivel superior. La realidad es que acabaremos echando el currículo a una empresa pequeña para tener más posibilidades de entrar y, al ver los requisitos, nos encontraremos con otro muro.
La empresa valorará tus aptitudes pero indicará como punto positivo tener una habilidad secundaria. El motivo es sencillo. Si la empresa cuenta con un equipo reducido y contrata a un artista muy especializado en un campo, el resto del equipo va a seguir cargando a sus espaldas el mismo trabajo que realizaba pero, en cambio, si la persona que contratan posee una habilidad extra podrá ayudar al equipo aportando al proyecto en varios campos. Si carecemos de dicha habilidad secundaria la empresa se vería obligada a prescindir de nosotros cuando terminemos nuestro cometido hasta que vuelva a ser necesario nuestro trabajo, mientras que si somos capaces de movernos en otro campo seguiremos aportando al proyecto y siendo útiles para la empresa.
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La especialización total no es algo necesariamente negativo, si somos capaces de mantener un trabajo como autónomos. Si encadenamos un trabajo con otro durante todo el año no nos veremos atados a una empresa y gestionaremos nuestro tiempo y los precios establecidos a nuestra manera, aunque ese método nos es tan constante ni idílico como parece. Aunque no es imposible.
Los artistas en el campo de concept art tienden a especializarse en el dibujo digital en todas sus vertientes pero hay campos del mundo audiovisual que no choca con las bases de lo estudiado previamente. Podríamos listar todas las variantes posibles a la hora de escoger la habilidad secundaria pero no tendríamos espacio para enumerarlas todas. Una de las más asequibles, a la cual es muy recomendable echarle un ojo, es el 3D. Hoy en día el 3D se ha convertido en un aliado potente del artista 2D ya que permite encajar bloques (blocking), probar composiciones con diferentes tiros de cámara e iluminar al gusto una imagen antes de lanzarse a renderizar y dejar la imagen pulida. Básicamente, nos da una idea previa y sin errores de lo que va a ser el trabajo final. Obviamente no es obligatorio su uso pero reduce el tiempo de trabajo de manera considerable.
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